El audio es una de las partes más importantes de
una producción audiovisual. Un proyecto que tenga una imagen defectuosa pero un
buen audio, tendrá aceptación por parte del espectador. Sin embargo, un producto
que tenga una imagen perfecta pero su audio no sea tan bueno, será rechazada
por el espectador casi con toda seguridad.
Irónicamente, la calidad de imagen de las cámaras
DSLR es magnífica. En cambio, el audio es uno de sus puntos débiles más
notables. A parte de que el micrófono interno de estas cámaras tiene sus limitaciones,
son realmente las limitaciones del menú de cámara las que le hacen un flaco
favor al conjunto.
Únicamente el modelo 5D (Mark II o III) de Canon, y
la GH2 de Panasonic permiten controlar manualmente la función de audio desde el
propio menú de la cámara. Así, en estos dos casos, podría ser viable acoplar un
micrófono externo a la cámara mediante la salida Mini Jack de micrófono. Aún
así, la calidad que ofrece esta solución no es la mejor.
Es aquí donde entran en juego los grabadores
externos; que admiten conexión XLR, para que podamos utilizar micrófonos
profesionales incrementando así el valor de nuestra producción. La desventaja
que plantean los grabadores externos es que después tendremos que sincronizar
el audio en postproducción, tal y como se hace en cine.
Los dos modelos que más triunfan son el Zoom H4N, y
el Tascam DR-100. Pero no es oro todo lo que reluce. Ambos tienen sus pros y
sus contras.
El Zoom H4N, graba en tarjetas SD, lo que nos
facilita muchísimo la postproducción de audio. Tiene dos entradas XLR; y lleva
integrados dos micrófonos, que nos ofrecen la posibilidad de redireccionarlos
de 45 a 90 grados. A pesar de todo, los micrófonos integrados están más
orientados a grabar sonido ambiente, en vez de diálogos. Y funciona con pilas.
El principal CONTRA de este grabador es que no nos
permite controlar individualmente cada canal de audio. Esto es, si en las dos
entradas XLR tenemos conectados dos micros iguales no hay problema. Pero ese no
suele ser el caso, y se utilizan distintos modelos de micrófonos. Así que no
poder regular cada micro a nuestro gusto se convierte en un verdadero problema.
Por su parte, el Tascam DR-100 se ha convertido en
los últimos tiempos en la mejor alternativa, gracias a lo que ofrece. También
graba en tarjetas SD, y tiene dos entradas XLR. En este caso, cuenta con cuatro
micrófonos integrados (dos por canal).
La principal diferencia con el H4N es que éste sí
que permite controlar cada canal de audio por separado. Y otra de sus ventajas
es que también cuenta con salida de línea (a parte de entrada de línea y salida
de auriculares), lo que nos permite conectar el grabador a la cámara mediante
un cable Jack, para poder sincronizar el audio.
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